Lección 5: El Hijo que Sirve
Todos nosotros estamos familiarizados con el famoso versículo:
Mat 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia; y todas estas cosas os serán añadidas. Entender lo que Jesús quiere decir en este versículo, tenemos que leer los versículos anteriores: Mateo 6: 31-32 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o que beberemos, o que vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; Pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
“Los creyentes pasan toda su vida, desde el nacimiento hasta la tumba, principalmente de cómo tener satisfacción en las cosas materiales. No conocen al Padre como proveedor, ni están preocupados en las cosas del reino. Quiero decirte que no seas, Como ellos, Nuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas y sabe todo lo que pasa en nuestras vidas. Ante todo pon tu voluntad aunque por primera vez pon esa voluntad a la voluntad del Padre y ÉL mismo asumirá y añadirá todas las cosas y podrás servirle en su reino.
¡Qué promesa! La mayoría de la gente razonable estaría de acuerdo en que el último en la prosperidad sería para Dios el Padre para asumir la responsabilidad personal para proporcionar la totalidad de nuestras necesidades materiales. Si, Él desea tomar esa responsabilidad, entonces seríamos completamente libres para entregar nuestra vida y servirle en su reino. El no sólo tiene todas nuestras necesidades cubiertas, también seríamos libres para siempre de la “preocupación” y se solucionaría todas nuestras necesidades.
La pregunta que surge en la mente de la mayoría de la gente es: “¿Cómo, primero busco el reino de Dios? ¿Está Jesús hablando de asistir a la iglesia? ¿Está hablando de dar más de mi dinero en el trabajo de Dios? ¿De alimentar a los pobres? ¿Cómo empiezo?
Hay un lugar donde Jesús expone sobre lo que significa “Buscar primeramente el reino de Dios” está en el pasaje de la escritura que comienza con:
Lucas 15: 1 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle.
2 Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, se pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozosos.
6 Y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos diciéndoles: Gozaos conmigo porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
7 Os digo que sí habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
8 ¿Oh que mujer que tiene diez dracmas, si pierde un dracma, no enciende la lámpara y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
9 Y cuando la encuentra reúne a sus amigas y vecinas, desciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que se había perdido.
10 Así que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12 Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre dame la parte de los bienes que me corresponde y les repartió los bienes.
13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdicio sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
17 y volviendo en sí, dijo: Cuantos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí parezco de hambre.
18 Me levantare e iré a mi padre, y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su padre y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, fue movido a misericordia, y corrió, y se ello sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo lo dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su mano, calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta.
24 Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llego cerca de la casa, oyó la música y las danzas.
26 Y llamando a uno de los criados, le pregunto que era aquello.
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.
28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Más el, respondiendo, dijo al padre: He aquí tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus vienes con rameras, ha hecho matar para él el becerro gordo.
31 El entonces le dijo: Hijo tu siempre estás conmigo, y todas las cosas son tuyas.
32 Más era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, ha revivido; se había perdido, y es hallado.
LUCAS 16 Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
2 Entonces le llamo, y le dijo ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Que hare? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar no puedo, mendigar, me da vergüenza.
4 Ya se lo que hare para que cuando me quiten de la mayordomía, me reciban en sus casas.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
6 Él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
7 Después dijo a otro: Y tú ¿Cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta y escribe ochenta.
8 Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente, porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de la luz.
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas para que cuando estas falten os reciban en las moradas eternas.
10 Es que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto también en lo más es injusto.
11 Pues si en las riquezas injustas no fuiste fieles ¿Quién os confiará lo verdadero?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles ¿Quién os confiara lo verdadero?
13 Ninguno puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amara al otro, o estimara al uno y menospreciara al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.
15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres, más Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.
18 Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, hacía cada día banquete con esplendidez.
20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas.
21 Y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico, y aún los perros venían y le lamian las llagas.
22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham, y murió también el rico, y fue sepultado.
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Entonces él, dando voces dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mí lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus vienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tu atormentado.
26 Además de todo esto, una gran cima esta puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
27 Entonces le dijo: Te ruego pues padre, que le envíes a la casa de mi padre.
28 Porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
31 Más Abraham le dijo: Sí no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
17 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!
2 Mejor le fuera que se atase el cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a unos de estos pequeñitos.
3 Mirad por vosotros mismos, si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4 Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.
5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6 Entonces el Señor dijo: Si tuvieras fe como un grano de mostaza, podrías decir a este sicómoro: Desarráigate y plántate en el mar; y os obedecería.
7 ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: pasa siéntate a la mesa?
8 ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido y después de esto, come y bebe tú?
9 ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que le había mandado? Pienso que no.
10 Así también vosotros cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos pues lo que debíamos hacer, hicimos.
Entonces él les refirió esta parábola y terminando en Lucas 17:10 Uno de los primeros principios de la verdadera meditación de la Palabra de Dios es encontrar el comienzo y donde finaliza el contexto. Jesús enseñó estas parábolas completas.
Cada versículo de cada parábola es como el pincel de un artista como él pinta una imagen completa de lo que Él nos quiere que nosotros podamos “ver” y relacionar con el reino de Dios y cómo funciona. Para entender los versículos difíciles dentro de la parábola, es de suma importancia meditar el pasaje entero para mantener cada versículo en su contexto adecuado.
Para Ilustrar este principio, había una pintura del Taj Mahal y deseaba enviar una copia del mismo a un amigo que vivía en la parte remota del mundo y que él nunca lo había visto. Digamos que esa pintura es una pintura de gran tamaño, y que muestra la estructura de Taj Mahal en sí y los jardines que lo rodean. Y lo tomas una foto desde el muro hacia abajo, y esa foto lo llevas a una máquina Xerox para duplicar la imagen, pero la pintura es demasiado grande para caber todos en la misma máquina.
Se coloca al azar la pintura en la máquina Xerox y hacemos las copias, sin darnos cuenta que lo único que se obtuviera de esa pintura seria solamente copias y se duplicaría en pequeña sección que representa uno de los árboles del jardín. Y Usted enviaría una copia electrónica a su amigo con una nota diciendo: “Esto es una imagen del Taj Mahal.” Su amigo lo viera esa copia y lo indicarías en el mensaje que: “El Taj Mahal es un árbol.
Lo mismo sucede en nuestra mente cuando tratamos de entender solo un versículo de la Palabra de Dios, y nuestra vista solo está dentro de esa imagen. Si no salimos de esa “imagen. Nuestra comprensión se limitará y el concepto será realmente errónea.
He aprendido a pedir al Espíritu Santo que me muestre el inicio y el final de cada mensaje y cuando vaya de versículo en versículo que entienda. Una vez que yo sepa el comienzo y el final, luego leo el capítulo entero una y otra vez, muchas veces para equipar mi espíritu de “día y noche” en la meditación de la palabra de Dios. Por medio de este método, cada versículo se verá más completo y el mensaje será correcto. Y cuando llegue la comprensión de la Palabra de Dios cada versículo será con precisión, dentro de la enseñanza y del contexto.
Este pasaje de la escritura comienza diciendo:
Lucas 15: 1-2 Y se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
Aquí vemos al Hijo de Dios que ha abandono la casa de su Padre (el cielo) para venir a la tierra en forma de hombre a “ocuparse de los asuntos de su Padre” de “buscar y salvar a los perdidos.” Significaba que debía estar y asociarse con los publicanos y pecadores. Las personas religiosas de esa época, los fariseos y los escribas, se sorprendían y se horrorizaban que alguien llamado hombre de Dios se asociaría con los pecadores. Su idea de “buscar primero el reino de Dios” era ser meticuloso acerca de mantener las tradiciones de sus antepasados y permanecer completamente separado del contacto con los publicanos y pecadores.
Estos dos conceptos de “buscar primero el reino de Dios” Hay un desacuerdo entre el uno y el otro: Jesús haciendo las cosas bien, Los fariseos y los escribas están haciendo las cosas mal.
Jesús comienzo a enseñar lo que significa “Buscar primero el reino de Dios” con la finalidad de que los fariseos y los escribas tuvieran la oportunidad de arrepentirse si ellos así lo deciden.
El tema no termina hasta que concluye esta enseñanza en Lucas 17:10. Al igual que un artista principal, Jesús comienza a utilizar las palabras en forma de parábola para pintar una imagen completa de lo que significa “buscar primeramente el reino de Dios.” En la ilustración de la parábola Jesús usa en esta enseñanza o dar un vistazo a lo que comúnmente se llama la historia del hijo pródigo. Para refrescar la memoria, se encuentra en Lucas 15:11 32. En el contexto, el hijo pródigo representa a los publicanos y pecadores. El hijo mayor que estaba enojado de que el hermano menor “pródigo” Porque había sido restaurado a la comunión con el Padre. El hijo mayor representa los fariseos y los escribas. El hijo mayor, al igual que los fariseos y los escribas, no entendía el corazón del Padre en absoluto. Él, al igual que ellos, no tenía idea de que el Padre anhelaba el retorno del hijo pródigo.
Yo estaba leyendo a través de todo este segmento de Lucas 15: 1 a Lucas 17:10, un día, el Espíritu Santo me preguntó: “¿Cuál hubiera sido la actitud del hijo mayor y que actitud cambiaria?” Podía ver a partir de las declaraciones del hijo mayor que había servido en los campos de su padre durante muchos años, pero su énfasis había estado en “no transgredir los mandamientos.” Te aseguro que él ni siquiera sabía que su padre estaba de duelo y sufría por la pérdida del hijo menor “pródigo” era obvio que nunca pasó tiempo con su Padre. Su problema era; que no conocía el corazón de su padre en absoluto.
Le conteste la pregunta al Espíritu Santo, “Él hijo menor habría tenido que venir de los campos y pasar tiempo en comunión con su Padre.” Y por mi mente, pude ver al hijo mayor, simplemente abandonar el “trabajo pesado” por un tiempo con el fin de entrar en la casa de su padre con el único propósito de estar en comunión con él y estar en la mesa a la hora del desayuno y decirle: “Padre, estamos aquí sentados y estamos mucho tiempo juntos .Me gustaría saber lo que está en tu corazón y me gustaría que me lo digas.
Entendería que el Padre, ya estaba sufriendo por la pérdida de un hijo, habría estado muy contento de pasar tiempo en comunión con el hijo mayor. A medida que continúa este tiempo de comunión que no habría sido muy largo antes de que el tema del hijo pródigo perdido habría llegado en una discusión. El hijo mayor hubiera descubierto que su padre aún amaba al despilfarrador y lo echaba de menos terriblemente. El Padre le habría dicho que salió en el porche delantero varias veces cada día para mirar hacia abajo de la carretera que conduce desde su casa en caso de que pudiera ver al hijo pródigo volver a casa.
El hijo mayor estaba ahora, por primera vez, aprendiendo lo que su padre era realmente. Supuestamente que el padre se enfureció contra el hijo menor “Pródigo” Después de todo, el hijo menor “pródigo” había despilfarrado la herencia del padre con las rameras y tener una vida desenfrenada. Había deshonrado el nombre de su familia a un total desenfreno de libertinaje. Él sabía que el Padre no lo había planeado así. Estaba enojado con su hermano menor “pródigo” y que se “supone” que el Padre también.
A medida que continuaba la comunión con su Padre, la dureza del corazón del Hijo Mayor gradualmente se hubiera ablandado y hubiera comprendido del gran amor que el Padre tenía para su hermano menor “Pródigo”. El padre no estaba contento con lo que el hijo pródigo estaba haciendo, pero su amor de padre por su hijo no había disminuido en lo más mínimo. Y en el corazón del Padre había mucho dolor porque el Hijo Pródigo no volvía a casa.
Con el tiempo, entre la comunión del Hijo mayor con el Padre, a este proceso de relación de hijo a Padre ese gran amor que el padre sentía por el hijo menor que estaba perdido “pródigo” habría sido transferido desde el seno del Padre hacia el hijo mayor. Me imagino que lo hubiera dicho: “Padre, no tenía ni idea de que te sentías así. Yo no sabía que estabas de duelo por la pérdida de mi hermano menor “pródigo” ¿Quieres que me vaya a buscarlo? Tal vez podría encontrarlo y decirle que todavía lo amas. Le podría decirle que tu corazón anhela para que vuelva a casa. Puede que no sepa eso, padre. ¿Quieres que me vaya y lo busque y hablarle de tu amor? ”
Me imagino ver los ojos del Padre brillar de alegría ante la perspectiva de la oferta del Hijo Mayor. Puedo oír al Padre decirme: “¿Estarías dispuesto de ir a buscarlo? ¡Sí! me encantaría ir a buscarlo a mí hermano menor que está perdido “pródigo” si es posible convencerlo que regrese a casa. Si lo encuentras hijo mío dile que lo amo. Y que mi corazón se desbordaría de alegría al volverlo a ver.
A partir de ahora en la lección me referiré al hijo mayor como el hijo que sirve. Él ha elegido por su propia voluntad convertirse en el sirviente de su padre para la búsqueda del hijo pródigo que está perdido. Él es ahora un hijo que sirve. No por fuerza, sino que está motivado por el amor que fue trasladado a su corazón a través de la comunión con su Padre.
Él hijo que sirve, inmediatamente comienza a preparar una caravana de camellos y mulas de carga para llevar a disposición que serán necesarios en la expedición para buscar y salvar al hijo perdido. Se reúne a algunos de los siervos del padre para ir con él en el viaje. Cargan las mulas de carga con suministros de alimentos, agua potable y muchas otras cosas que van a necesitar en el desierto en su intento de encontrar al hijo Pródigo.
Cuando todo está listo y es el momento de partir, me imagino y veo al Padre que sale y lo abraza y lo besa a su hijo que sirve. El Padre le da su bendición y a todos los que van con él para buscar y salvar al hijo perdido. Emprenden el viaje hacia el desierto, ÉL Padre se emociona y se llena de alegría su corazón ante la perspectiva de volver a ver a su hijo perdido y de ser salvo. Él quiere que su hijo que sirve tenga un próspero viaje, con éxito. Él quiere verlos a los dos volver a casa sanos y salvos.
La expedición sigue como la caravana y el hijo que sirve viaja de pueblo en pueblo preguntando: “¿Han visto a mi hermano menor perdido? El Padre me ha enviado para encontrarlo.” A veces preguntando y dando información tal como: “Así, vino mi hermano menor de esta manera hace un año. Creemos que se dirigió hacia el sur cuando salió de nuestro pueblo.” La expedición continúa, pero el viaje es más largo de lo esperado. Las provisiones comienzan a escasear a medida que avanzamos y decidimos paramos en el desierto por falta de alimento.
El hijo que sirve escribe un mensaje a su padre; “Padre, todavía estamos buscando. Tenemos algunas buenas pistas, pero no lo hemos encontrado todavía. Estamos bajo en comida para los camellos y las mulas. Estamos agotados y el alimento para nosotros mismos está escaseando. ¿Podría por favor enviar nuevos suministros? Gracias. “Tú hijo que Sirve ”
El hijo que sirve da esta petición a uno de los criados y el criado comienza a viajar de nuevo a la casa del Padre para entregar la carta. Cuando llega el criado, se encuentra con el Padre una vez más de pie en el porche mirando hacia abajo de la carretera con la esperanza de que toda la caravana regresaba con su hijo perdido. Él ve al corredor que viene y le pregunta si hay buenas noticias del Hijo pródigo. El Padre abre el mensaje y lee la petición de su hijo que sirve. Él llama a todos los sirvientes, y les dice: “Mi Hijo que Sirve ha pedido que le envíe nuevos suministros. No sólo envía los suministros sino también todo lo que necesitan, pero mucho más. Él no ha pedido suficiente. Reúne algunos vagones y comiencen a cargarlos con las disposiciones que ellos me pidieron y mucho más abundantemente. También, reúnan algunos camellos, y algunas mulas. Además, algunos de ustedes sirvientes hagan las maletas y prepárense para un largo viaje. Mi Hijo que sirve necesita más ayuda. Todo lo que tengo es para él. Mi Hijo que sirve no tendrán falta de ningún bien”.
Estimado lector, esto es cierto Sí Unimos Prosperidad con “relación y comunión.” Primero hijo que sirve ÉL está “buscando primero el reino de Dios”, y está dando su vida a la “voluntad del Padre” para buscar y salvar al hijo perdido.
El mensajero que fue enviado de vuelta con la petición representa la oración de nuestras peticiones. El padre conoce todas nuestras necesidades y ÉL proveerá en abundancia, mientras permanezcamos en ÉL como sus hijos que sirven.
Esta relación y comunión elimina todas las fórmulas. Lo que quiero decir es lo siguiente: ¿Te imaginas o en tus sueños, que el Padre respondería a su hijo que sirve? “No, no te voy a enviar nada de lo que me solicitaste debido a que no me enviaste primero una ofrenda.”
Eso es ¡Ridículo! El padre no está buscando una ofrenda financiera del Hijo que sirve. El Padre está viendo la vida del hijo que sirve como él está buscando a su hermano menor perdido “PRÓDIGO”
Es tan absurdo que hasta ahora no entendemos que somos hijos e hijas de Dios y que Él es Nuestro Padre. Además, que la mayoría aún todavía no se han convertido y no creen en sus corazones. Aún no han cambiado su manera de pensar acerca del Padre Celestial Para otros, es simplemente una cuestión de ser liberados de todas las “fórmulas” que han sido enseñados para creer las claras palabras de Jesucristo:
Juan 16: 23-24 En aquel día no me preguntareis nada. Desierto, desierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Tenemos que tener fe y creer en esas palabras, Dios ha dado a cada hijo que sirve o hija que sirve recursos ilimitados y están disponibles para cada uno, no importa el trabajo que se te ha asignado en la misión general del cuerpo de Cristo.
¿Qué fue lo que cambió de la actitud del hijo mayor que le llevó a ser el Hijo que sirve? La Comunión con el Padre. Eso es lo que nos cambia. El nuevo nacimiento nos da un corazón que tiene la capacidad de comunión con nuestro Padre del cielo una vez más. Cuanto más tiempo pasamos con Él, más tendremos de ÉL, su amor, para todas las personas será “derramado en nuestros corazones.” Y ese amor derramado en nuestros corazones será tan grande y con el tiempo no será obligado sino será tan natural que llegaremos a amar a todos en el cuerpo de Cristo y será fructífero para nuestro Padre Celestial que saldremos a “buscar y salvar a los perdidos.”
Eso no quiere decir que todos nosotros estamos llamados a ser “evangelistas” en el sentido normal de la palabra. Pero en cierto modo, todos somos llamados a evangelizar. Pablo nos dice que el cuerpo de Cristo es un cuerpo, compuesto de muchas partes:
1 Cor 12:12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
Cristo no ha cambiado. Él todavía está en el negocio de “buscar y salvar a los perdidos.” Se podría decir, que es la misión de su cuerpo. Sin embargo, a pesar de que no todos nosotros estamos llamados a ser evangelistas ” todos tenemos un lugar en el cuerpo. Nadie tiene que elegir su propio llamado. Pablo también nos dice que Dios nos coloca en el cuerpo de acuerdo a su propia voluntad:
1 Cor 12: 18-20 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
La mayor importancia, a continuación, es “buscar primero el Reino de Dios” sería que cada uno de nosotros pueda encontrar un lugar en el cuerpo de Cristo y así cumplir lo ordenado. Algunos podrían decir, “Gary, yo estaría feliz de hacer eso. El único problema es que no sé cuál es mi lugar en el cuerpo de Cristo es que, No sé lo que me han llamado a hacer.”
Pues bien, es Dios quien determina su llamado en el primer lugar, la mejor manera de averiguar acerca de su llamado sería pasar el tiempo en comunión con Él.
Eso es lo que hizo el hijo mayor con el fin de convertirse en el Hijo que sirve.
Os animo a pasar más tiempo en comunión con su Padre celestial. Por supuesto, esto incluiría todas las cosas habituales, como el culto, la oración, la meditación de la Palabra y así sucesivamente. Pero en realidad estoy hablando de simplemente tomar un poco de tiempo cada día para simplemente sentarse y “hablar con él.” ¿Quién sabe? Tal vez usted se diera cuenta que Él ha estado de pie en el porche mirándolo hoy día a ver si es posible que usted venga a la comunión con Él.